viernes, 19 de abril de 2013

EN BUSCA DEL GRAN MEKONG


En busca del gran Mekong

Jueves 24 de Abril de 2006

Recorrido: nulo, en Chiang Rai

Por una vez no me sentia un vago por no madrugar. Miriam no tardo en aparecer por el patio, y nos fuimos a dar un paseo hasta el mercado diurno, para desayunar alli.
Sin duda, los mercados de la comida, la fruta y el pescado, son los lugares donde mejor se puede apreciar el palpitar de un pais. Alla a donde vaya me encanta pasear por esos mercados mugrientos donde se vende casi de todo, donde las mujeres hacen la compra diaria llevando a sus niños de la mano, o a la espalda si son bebes. Tambien se ven hombres buscando herramientas, o discutiendo entre ellos por un aparato que no quiere funcionar. Caminan chiquillos que van a hacer un recado; se observan los rituales, como la gente se saluda, como se acuerda el precio, como se elige el genero o como se realiza la compra. Las vendedoras, sentadas entre montones de fruta o baldes de pescado vivo, tortugas o culebras de agua que son delicatessen por estas latitudes, hacen corros, rien y comentan, parecen tomar el pelo a alguna de ellas, que riendose responde con picardia y acaba siendo la que gana... Alli se percibe el discurrir diario de la vida, y hay que decir que siempre dista un mundo de la de nuestros paises.
En uno de los puestitos desayunamos a la tailandesa: una sopa bien caliente de tallarines, salada, picante y con sabor a pollo. En el alma un cafe con leche y una tostada de miel, vive dios.

Aunque la posada no estaba lejos del rio, no daba acceso a el, ni ningun lugar de los alrededores, asi que todavia no lo habia visto. Seguimos el paseo en direccion a una playa del rio en la que Miriam ya habia pasado una tarde, y que estaba a un par de kilometros hacia el sur, al final de un fresco y sombrio paseo de enormes arboles de mango.
Aquella playa fluvial no era el lugar mas hermoso del mundo, pero ofrecia un respiro del ajetreo de la ciudad y una suave temperatura ante el sol del mediodia. Unos chiringuitos servian bebidas en unas mesitas colocadas sobre esterillas a la orilla del agua, y protegidas del sol por unos toldos sobre varas de bambu. Los niños se bañaban y jugaban mientras sus familias se refrescaban a la sombra.





En una de las esteras se acomodaba una mujer joven con sus hijos y tal vez hermanos; y aunque tan solo llegamos a intercambiar con ellos unas sonrisas, cuando se levantaron para marcharse, la mujer nos invito a unos helados, que nos trajo uno de los chavales. Hay que reconocer que a veces los tailandeses son sorprendentemente encantadores.

Miriam hacia tiempo antes de tomar el autobus, que a las 6 de la tarde la llevaria al sur, al extremo opuesto del pais. Cuando se aproximo la hora volvimos a la posada a por su mochila. El dueño, que pasaba sus ratos de ocio haciendo collares y pulseras sobre la cama de su cuarto, cuya puerta dejaba abierta para que cualquiera que pasase delante estuviese invitado a curiosear, nos llamo para que entrasemos. Le habia preparado un regalo a Miriam, una pulsera de conchas y cuentas de coral. Y a mi un collar, mas sencillo, pero que como regalo que era intentaria llevar durante el resto del viaje. Aquel tipo de mirada afable y apariencia algo hippy, encomendaba su alma a Buda y a su pistola, que asomaba sin reparos entre las cuentas de collares y los utiles con los que repujaba el cuero. Con verla me hacia una idea de que la vida no era tan tranquila como parecia en la gran ciudad.

Acompañe a Miriam a la estacion y nos despedimos, quien sabe si nos encontrariamos de nuevo en Camboya, o un dia por España. Suerte en tus viajes, linda.

El resto de la tarde se paso entre escribir y alguna caminata. Cuando regresaba a la posada mas tarde de las 11 entre las oscuras y desiertas calles, una cierta desconfianza, alimentada por la vision de la pistola del dueño de la pension, se apodero de mi. Al instante pase al modo comando, el que uso en esas situaciones en los paises peligrosos, una suerte de casi comico recorrido atento a cada sonido o cada movimiento, fichando automaticamente cada individuo en el radio de vision y su evolucion. Andando a distancia de cualquier objeto o rincon en el que alguien con animo adverso se pudiera agazapar. Vigilando los cuatro puntos cardinales sin llegar a mostrar inquietud, que si hay problemas es contraproducente. Mirando sin que te vean mirar.
Tal vez era innecesario, pero nunca esta de mas andar con los ojos abiertos.



Viernes 25 de Abril de 2006

Recorrido: de Chiang Rai a Chiang Saen: 93 km

Me habia sentado bien el dia de reposo; pero con eso habia perdido el ritmo, y cuando subi a la bici sufri una rebelion a bordo. Me di cuenta de que mis piernas perezosas no querian llevarme a ningun sitio. Pero yo, que soy mas cabezota que ellas, las puse en cintura, y a ritmo de galeras las obligue a remar hasta que a mi me diera la gana. Bueno. Ojala hubiese sido tan facil. Si, lo consegui, pero solo queria tumbarme y echarme la siesta a lo largo de todo el dia.

Para evitar la ruidosa y concurrida carretera principal, y de paso variar la ruta, ya que de todos modos tenia que deshacer el camino para volver hacia el norte, tome otra carreterita secundaria que daba mas rodeos; pero fue un acierto, ya que se separo casi directamente del borde de la ciudad y de su industria para adentrarse en arrozales de un verde casi fluorescente.
El paisaje ue extremadamente rural todo el dia. Ya no se trataba de aldeas tribales, sino de pueblitos tai, que todo lo que construyen, eran feos, combinando anarquicamente el hormigon y las casas de madera. No brillan por su arquitectura, no es Tailandia pais para quien busque pueblos y ciudades espectaculares o con patrimonio historico
Pero se caminaba bien por aquellos campos desiertos y silenciosos, entre olores y sonidos de granja. Con el claro cielo y un sol refulgente atravesando sin barreras el aire limpio por la tormenta que habia caido por la noche, disfrute desde el mediodia de una autentica vereda de color tropical, rodeado de verde hasta el horizonte. Bananeras, arboles de mango, enredaderas, setos y arboles tupidos de flores de todos los colores, abalanzandose sobre la carretera, en un despliegue que conseguia ocultar entre follaje las pocas casitas de madera que me iba encontrando.









Me estaba acercando a otro de esos rios emblematicos. El rio Kong, Mae Kong en lengua Tai, o Mekong en nuestras traducciones occidentales. El tropico mas esplendoroso me conducia por valles ondulados camino del rio, que por fin aparecio ante mi al atardecer. No era enorme, tan solo unos doscientos metros me separaban de la otra orilla. Casi lo que cabia esperar, a estas alturas del cauce, cuando le restan miles de kilometros de viaje hasta su desembocadura. Pero aun estando a minimos por encontrarse en la epoca seca, se notaba su caudal poderoso por los energicos movimientos de su superficie marron y agitada. Y al otro lado se encontraba Laos, el pais que se inventaron los franceses en su Indochina, sustrayendo el territorio al reino de Siam, la actual Tailandia, de la que era provincia. Situaron la frontera sobre el rio, que hoy separa los dos paises por todo su cauce. Lo segui en contra de su curso, en direccion a Chiang Saen, el reposo del gerrero en otro dia que llegaba descolorido por el sol.

Bajando una cuesta me encontre con un pueblito en fiestas. Celebraban el año nuevo (juraria que ya lo llevaban celebrando todo un mes), con musica y bebida en la explanada del templo. Pare a curiosear, y en seguida se acercaron varios jovenes y un hombre casi ebrio a saludarme. Me invitaron a beber un refresco, y entre todos juntaron el ingles necesario para podernos entender. Me hubiese gustado quedarme, y ellos insistian en que lo hiciese y fuese con ellos a bailar. Pero el sol bravo de todo el dia me tenia agotado, y no veia el momento de llegar a Chiang Saen, cenar, ducharme, tirar la bici a la basura y relajarme por fin. Preferi continuar, pero me arrepenti en seguida de no haberme quedado a curiosear un poco mas.

La ciudad de Chiang Saen habia sido la capital de un reino 6 siglos atras, y conservaba algunos restos en ladrillo de sus antiguos templos. Pero por lo demas no ofrecia mas interes que el situarse a orillas del gran rio, y a unos kilometros de la triple frontera. Un puerto fluvial servia de amarre a los barcos birmanos, y sobre todo chinos, que comerciaban a traves de este puerto con el resto de Tailandia.
Recorri el paseo fluvial sin prisa, y aun cene antes e buscar posada. La encontre por una callecita, y me atendio un anciano que hablaba en ingles mejor que yo. Era de Singapur, y habia trabajado en Canada, en Europa, en Egipto, e incluso habia participado en la II Guerra Mundial como maquinista en un barco logistico de la marina norteamericana. Todo un aventurero, con un apacible y merecido retiro al lado del Mekong.

Tenia que cumplir el viejo ritual. Siempre que llego a uno de esos rios simbolicos, llenos de Historia, camino hasta su orilla y toco sus aguas, me lavo las manos, la cara, la cabeza. Es una forma de sentir el latir del misticismo que envuelve estos rios sin los que no se entiende la Humanidad; los pueblos que surgieron, florecieron y desaparecieron tocando sus orillas perennes. Me lave en el Tiber cuando fui a Roma. En el Amazonas cuando lo vi por primera vez en Belem de Para. En el Nilo cuando lo descubri en el Cairo. En el Orinoco, en Ciudad Bolivar, mientras un grupo de manaties o delfines de agua dulce lo remontabanv hacia el corazon de la selva. En la Foz de Iguacu, en Brasil, o en el Salto del Angel, cerca de Canaima. En el lago Titicaca, o en el rio de la Plata en Paraguay. Me quede con ganas de hacerlo en el Ouadi Mussa, el rio que alimentaba a la ciudad de Petra en Jordania, ya que no le quedaba ni una gota de agua.

sábado, 6 de abril de 2013

RECORRIENDO LAOS DIRECCION AL SUR




Bajo un sol castigador que no da tregua consigo dejar atras la última de las subidas antes de hacer entrada en "VangVieng lugar de vacaciones" , o algo asi se podria decir de esta localidad a medio camino de la capital. El lugar es conocido por las juergas nocturnas y diurnas con el famoso tubbing , un descenso del rio en una cámara de camión hinchada donde los turistas van haciendo paradas en distintos puntos del recorrido para "echar gasolina" hasta llegar al final con una tajá como un piano de cola. Si nos dejamos llevar solo por esta información posiblemente los turistas mas tranquilos omitirian esta parada en su recorrido por Laos , pero no todo es Tubbing ,borracheras y jaleo. Los alrededores son tanto o mas espectaculares que lo que he ido dejando atras con altisimas montañas karsticas repletas de vegetación , tambien hay cuevas y unas cascadas donde los jovenes locales van a hacer escalada , de picnic y a pasar el dia nadando , pescando y disfrutando de la naturaleza.









Para llegar hasta aqui he tenido que sufrir dos intensas jornadas de duro pedaleo para poder escalar algunas rampas de un nivel importante que unido a mi "apalancamiento" de 6 dias en LuangPrabang se me ha hecho casi una odisea . Recuerdo que para llegar a Kasi me tuve que vaciar completamente bajo un sol de justicia y con un calor insoportable que me hacia mas duro si cabe el avanzar y me obligaba a una exigencia superior , exigencia que a estas alturas de viaje y con las piernas tan cargadas acaba pasando factura. Me habria gustado quedarme unos dias en Kasi pero voy justillo d tiempo asi que me conformo con bañarme en las aguas termales y pasear por sus alrededores llenos de gente curiosa y muy simpatica que me piden sacarles fotos.







En VangVieng no estoy mas que un dia y medio (lo justo para recuperar del esfuerzo) pues no soy muy de juergas ni muy de tubbing , ansío llegar cuanto antes a la capital del pais principalmente por dos motivos:

1- El visado cumple en 4 dias y aunque el trayecto es factible hacerlo en dos,no me fio de que pueda tener alguna avería o percance siempre tan imprevisibles en estas carreteras.

2- Abrazar a mi tio Alonso que vive en Tailandia y vendrá a mi encuentro en Vientiane con su mujer y sus dos nenes a los que no conozco mas que en fotos.


Pero no todo siempre sale según lo planeado por mucho interes que se le ponga y mucho que uno lo tenga todo mirado y remirado siempre hay algo que escapa a nuestro control.Por la mañana despues de un estupendo desayuno en Le Marché Guesthouse me encamino a por Traya y sorpresa...¡¡Traya no está donde la dejé !! Ayer tarde la lavé ,la engrasé y revisé las ruedas ,los frenos y los cambios como siempre hago tras cada parada . Esta mañana al despertar no me acuerdo si estaba o no estaba en el patio,pero ahora no está , ¡no está! Subo a la habitación y todo está en orden,las alforjas estan tal y como las dejé ,la documentación en su sitio , asi como el dinero, no falta nada mas que Traya. Bajo a preguntar a los del guesthouse y nadie sabe nada,ninguno ha visto a nadie salir con mi bici, ¡¿pero como puede ser posible que me roben la bici dentro de la pensión?! Estoy bloqueado ,con un sudor frio que recorre todo mi cuerpo y no me deja pensar con claridad , una de las doncellas que habla muy bien ingles intenta ayudarme pero yo ni caso,estoy en blanco y no se como reaccionar. Por mas de dos horas se alarga esta situacion tan agobiante y estresante para mi hasta que consigo asimilar que ya no tengo la bici y hasta llegar a Vientiane no podré comprar otra similar asi que recojo todos mis enseres y la doncella me acompaña al minibus que sale para la capital. Me deja frente a una cafeteria esperando junto a otros turistas que se interesan al verme con las alforjas ,saco ,tienda y todos esos bultos,pero yo no tengo ganas de hablar con nadie en esas circunstancias.Se que solo es una bicicleta y que puedo comprar otra para continuar la ruta pero esque a estas alturas de viaje Traya ha pasado de ser un mero medio de transporte a ser mi amiga,mi confidente,mi fiel compañera de fatigas ; son muchas vivencias , muchas penurias y alegrias las que hemos compartido y sufrido juntos,son muchas horas de charla que hemos mantenido , mucho cariño el que ha surgido entre ambos y su ausencia me produce un enorme vacío imposible de llenar. Se me hace un nudo en la garganta y se me humedecen los ojos al recodar infinidad de momentos en los que Traya era la protagonista , momentos que no pueden existir sin su presencia , nos ha llovido , nevado ,granizado ,el viento nos ha azotado de lo lindo y que decir de este calor tan pegajoso , y ella siempre estaba ahí conmigo a donde yo fuese sin protestar ni quejarse ni una sola vez. Estaba tan sumergido en mis recuerdos que no me di cuenta que la minivan que debía tomar ya se habia marchado y la siguiente salía en 2 horas, pero me daba lo mismo , ya no tenia prisa ninguna asi que me sente a esperar en el suelo mientras la melancolia seguia devorandome. Pero como las cosas en esta vida son como son y por mucho que queramos buscar explicación a determinados hechos jamás encontraremos una respuesta satisfactoria , como por arte de magia veo pasar delante de mi a un par de chiquillos de unos 10-12 años a lomos de ....¿Traya? . Justo tras ellos viene la amable doncella que me habia acompañado a la parada del minivan , no me creo lo que ven mis ojos y tras unos segundos de bloqueo consigo dar un grito a los crios que nada mas verme dan la vuelta y se aproximan con amplias sonrisas en sus caras. Estaban buscandome para devolverme la bicicleta , resulta que el mayor de los dos chicos es hijo de una de las doncellas de la guesthouse y viendo alli a Traya tan solita en el patio pues no se les ocurrió otra cosa que irse a dar una velta con ella , una travesura de lo mas inocente a la que se han acostumbrado cada vez que algun cicloturista se registra en la guesthouse por unos dias. Me dan ganas de soltarles un soplamocos a cada uno por el mal rato que me han hecho pasar pero no puedo evitar reirme con esta pequeña gamberrada que a punto a estado de condicionarme la aventura. He de reconocer que yo de niño hice algo parecido en varias ocasiones por eso lo unico que se me ocurre es comprarles un helado y decirles que la proxima vez pidan permiso para coger la bici prestada que seguro que ningun cicloturista se va a negar a prestarsela un ratillo.
Fue una suerte que se me escapase la minivan ya que gracias a ello pude recuperar a mi querido corcel, que cosas.


VIENTIANE



Llegar hasta Vientián ha sido mas sencillo de lo que pensaba,sabía que unos kilometros pasao VangVieng el perfil suavizaría y no me encontraria con mas puertos de montaña. En cuanto se alcanza la última subida se acabó sufrir , a partir de aqui todo es cuesta abajo y llano hasta entrar en la capital mas tranquila del mundo mundial donde la gente acude básicamente por temas de visado y no por el interes cultural que pueda tener .Sus calles tranquilisimas , algun templo ,alguna estupa ,un parque lleno de estatuillas de buda y poco mas es el atractivo turistico de esta ciudad con tan poca acción vital ,cosa que me encanta. Lo que si tiene son unos restaurantes de cocina internacional de muy buena calidad a los que mi tio y su familia gustan de llevarme porque segun ellos me estoy quedando en los huesos jeje, la familia,ya se sabe.









Me gusta este ambientillo que se respira en la ciudad : la paz , la tranquilidad , el poco trafico , la gente tan sonriente , pocos turistas extranjeros y sobre todo la potente influencia de la vecina Tailandia. Siempre me ha llamado mucho la atención ese pais y por ello lo he decidido dejar el ultimo en la ruta para visitarlo bien , con tiempo para saborearlo aun mas si cabe que el resto de paises que estoy atravesando. Mi tio lleva muchos años viviendo en Tailandia , casado con una local y con 2 crios , ha alcanzado un modo de vida perfectamente armónico. Se le ve que es tremendamente feliz viviendo en esta parte del planeta y según me cuenta , ni por todo el oro del mundo cambiaría su situación actual , cierto es que a veces se echa de menos la tierra madre y la familia pero la calidad de vida y el grado de satisfacción tan elevados hacen inviable el plantearse un regreso a casa.







He pasado 2 estupendos dias disfrutando de la compañia de seres queridos , escuchando las historias del tio Alonso tal y como solía contalas cuando era un niño, lo he pasado genial y me da pena decir adios pero debo continuar hacia la frontera Camboyana la cual debo alcanzar en el plazo de 4 semanas como maximo . Me despido de todos con besos ,abrazos y lagrimas en los ojos pero con la promesa de volver a vernos pronto en Bangkok y me alejo pedaleando a lomos de Traya , la aventura debe proseguir o como decia Freddy "The Show must go on".









Pedaleo durante todo el dia por un trazado bastante bueno , practicamente llano y con la ayuda de un viento de cola que me facilita mucho la labor , tanto es asi que en solo 6 horas recorro los 112 kilometros hasta la localidad de Thabok donde paso la noche en casa de unos holandeses afincados aqui desde hace mas de 2 décadas y que amablemente me ofrecen cenar y pernoctar . Son jubilados y les gusta mucho viajar y montar en bicicleta siempre que pueden , me cuentan que han recorrido el camino de Santiago en distintas veriantes , unas veces a pie y otras en bicicleta , han hecho tambien la ruta Vientian-LuangPrabang y me dan buenos consejos para las etapas venideras por el sur del pais , la zona mas despoblada y menos turistica donde cualquier tipo de percance puede llegar a ser un problema serio debido a la escasez de hoteles , poblaciones , tiendas de alimentacion , repuestos , etc..... AVENTURA!!!
Paso los siguientes tres dias pedaleando por la ruta 13 bordeando Tailandia en dirección sur , el paisaje va siendo cada vez mas monótono , encuentro poco ir y venir de trafico salvo unos cuantos camiones , al menos el clima acompaña con una ligera brisa que refresca y reconforta las largas horas de pedaleo. Aqui no se ven tantos lugareños vendiendo sus productos en la carretera , sigo atravesando poblaciones pero cada vez parecen ser menos pobladas ; dado la buena temperatura que esta haciendo me he servido de mi tienda de campaña para pernoctar ya que hay veces que me apetece dormir al raso bajo un cielo repleto de estrellas y esperar a que poco a poco mis ojos vayan cerrandose con el mero sonido de la naturaleza a modo de nana. Segun voy descendiendo el Mekong la humedad se hace mas presente y con ella tambien los incomodos e insufribles mosquitos que me tienen las piernas devoradas por completo.Estos pequeños asesinos silenciosos no le temen ni al repelente ni al tan recurrente manotazo , debí seguir los consejos de otros viajeros que me recomendaban hacerme con una mosquitera para usar por las noches, cosa que es lo primero que compro nada mas pisar la ciudad de Thakek frente a la frontera tailandesa de Nakon Phanom . Ademas de la mosquitera impregnada en repelente industrial me he hecho con una hamaca por si me da por echarme una siesta algún que otro dia , unas sandalias nuevas , una linterna ya que la mia no funciona muy bien y algunas provisiones como de costumbre.









Los dias van pasando sin mucho que contar ,nada mas que pedalear con tesón para ir devorando kilometros,hay dias que a uno le apetece rodar mas rápido y otros en los que las piernas protestan y no puedo sacarlas de un ritmo austero. Se rueda facil , mucha llanura con algun sube y baja cortito , buen firme cuando lo hay y mucho polvo rojo en largas distancias sin pavimentar . Monotonía y tranquilidad es la tónica durante estos dias solo interrumpida por alguno de los vehiculos que me tocan el claxon para saludar , pero ni rastro de otros cicloturistas y es lógico ya que esta zona carece de interes si la comparamos con la ruta del norte de Laos con esos paisajes tan espectaculares .
A los 9 o 10 dias travesía en algún lugar entre Savanakhet y Pakse me encontré con un perrito abandonado ; aun era cachorro , de color marron y blanco , muy parecido aunque salvando las distancias a un "bodeguero" de los que tenemos en España auque este era un poco mas alto y ancho de cara. Se le notaba el hambre a leguas , debia llevar dias sin comer y claramente era un perro criado con humanos pues no vacilaba en acercarse a mi tienda y dejarse acariciar ; solo tenia un mendrugo de pan y agua pero el perrito no protestó , posiblemente era lo primero que tomaba en dias. Estuvimos jugando durante un buen rato hasta que llegó la hora la levantar el campamento y volver a la carretera , yo sabía que al principio el perrito me seguiría unos metros hasta dejarme marchar sin mas ya que durante toda la ruta desde que salí de casa habia ido encontrándome con perros mas o menos amistosos y por regla general ese es el patrón que solían seguir.









Pero este perrito estaba muy necesitado de cariño , debia haber sido criado por humanos y se habria perdido hacia bien poco puesto que aun tenia ese instinto de dependencia muy marcado. Veia como no dejaba de seguirme aun cuando ya llevaba unos cuantos kilometros recorridos , me daba mucha lastima y no pude resistirme a aminorar la marcha para no hacer reventar al pequeño cachorro en vista de que no se iba a dar por vencido. Ese dia recuerdo que estuvo caminando a mi lado durante casi seis horas bajo un sol de justicia hasta que llegamos a una población donde comer y pasar la noche. No sabia que iba a hacer con él ,por un lado no podia llevarmelo ya que me ralentizaba muchisimo y tenia miedo de que se lastimara las patitas de tanto caminar.
Por otro lado el coraje y el esfuerzo que había demostrado debia servir para algo , asi que me dediqué a buscarle un nuevo dueño ofreciendolo a toda persona que me cruzaba sin suerte , unos decian que ya tenian perro otros simplemente no lo querian ,los crios jugaban a tirarle el palo para que lo traiga , pero no hubo manera de encontrarle un nuevo hogar en ese pueblo tan pequeño.Tendria que seguir con el hasta una población mayor y probar suerte aun a riesgo de perder muchisimo tiempo. Recuerdo que esa misma noche estrené mi hamaca en el porche de la familia que nos invitó a cenar y la imagen de verme ahi colgado descansando con Traya a un lado y el cachorro al otro me gusto tanto que fue ahi,en ese preciso instante cuando supe que en esta aventura ya no seriamos solo dos . Por la mañana con la ayuda de un par de chicos del pueblo conseguimos construir una especie de transportin con madera, unos cojinetes y bambú donde poder llevar al perrito , era algo rudimentario y provisional , no sabia si el animalito iba a querer subirse en el y tampoco sabia si a los 300metros el invento se iba a ir al garete pero algo debia hacer. Los primeros minutos fueron complicados para hacer entender al chucho que debía subir a esa especie de camilla y permanecer ahi quieto , al principio se subia bien pero en cuanto la bici empezaba a rodar el animalito saltaba. Una y otra vez la escena se repetia , el perrito subia sin problemas pero al primer pedaleo Zas! saltaba como un resorte fuera de la cesta/camastro/trasportin (no se como llamarlo) Asi que decidi reanudar la marcha y dejar que me siguiese ,acelerando progresivamente para que se cansase o se le despertase la bombillita y decidiese subir a cesto. Una etapa de lo mas llana y solo habia recorrido 25 kilometros en casi 3 horas , ya no sabia que hacer ,paramos bajo un gran arbol a pensar un poco y como quien no quiere la cosa el colega va y se acuesta en el transportin ; aprovecho para pedalear suavemente ,muy despacio y el perrito sigue ahi , ¡bien! , un poco mas rapido y al mirar atras noto que se levanta a lo que decido aflojar otro poco a ver si se tranquiliza. Pedaleando a tirones estuve casi una hora hasta que por fin se acostumbró y comprendió que ese era su lugar y al menos por el momento era la mejor manera de transportarlo .Aun asi no podia alcanzar una velocidad normal por miedo a que se volviese a asustar y a que el apaño se rompiese , pero al menos ya habiamos logrado lo mas dificil. Como era de esperar el invento terminó por romperse al dia siguiente pero con la suerte de hacerlo a poca distancia de Pakse donde compré una cesta amplia que coloque en la parte delantera y acomodé lo mejor que pude para que el animalito fuese lo menos incómodo posible. Tras un par de dias ya le pillamos el truco , en realidad fué él quien me marcaba los tiempos , en llano ibamos a velocidad crucero y en las subidas lo dejaba caminar junto a Traya .En las bajadas era un espectaculo verlo asomando por encima de la cesta con las patitas delanteras apoyadas en ella y disfrutando del viento en la cara. Una de las noches mientras le cocinaba un trozo de pollo caí en la cuenta de que no le habia puesto nombre , me limitaba a decirle "vamos chico" pero se merecia un nombre , se portaba genial y contrariamente a lo que yo pensaba no daba ni un problema , apenas ladraba y cuando caminabamos por alguna localidad no se metia en follones con otros chuchos , me obedecía a la primera y era super cariñoso, llebabamos solo 3 dias juntos y parecia toda una vida. Esa noche bajo un cielo amenazante y mientras dabamos buena cuenta de un puñado de arroz hervido y una pechuga de pollo se me ocurrío llamarlo MICO del italiano "amico", amigo que es en lo que se habia convertido este pequeño cachorro en tan breve espacio de tiempo.









La llegada a Don Khong una de las islas que afloran en el delta del Mekong en la zona conocida como Si Phan Don (cuatro mil islas) vino precedida de unas largas jornadas de pedaleo bajo la intensa lluvia ,especialmente los tres ultimos dias donde no dejó de llover ni un solo minuto. Antes de la tempestad me alquilé una moto para recorrer Champasak en una ruta circular llena de bonitas cascadas y vestigios del imperio Khemer , un aperitivo de lo que mas adelante iba a encontrar en Camboya. Un par de dias de turismo a motor y en compañia de mi nuevo copañero de viaje que sin darme cuenta me iba abriendo puertas y facilitando cualquier gestión debido al abrumador efecto que su ternura produce en los lugareños. Creo que fue en Champasak donde tramité el pasaporte veterinario de Mico con las consiguientes vacunas obligatorias siguiendo los consejos de una señora inglesa residente en Laos, la veterinaria me informó muy bien de todo lo que se necesita para que mi amigo pueda cruzar a Camboya y a Tailandia sin el mínimo problema , ahora ya solo nos queda descansar unos dias en el Delta del Mekong.
Para llegar a Don Khong como dije antes fue un poco dificil por la climatología, a ratos llovia fuerte , a ratos diluviaba y entre medias una fina lluvia incesante. Tenia uno de esos ponchos gigantes que cubren casi completamente pero que en realidad es un rollo ya que por debajo acaba uno empapado con las salpicaduras del agua que expulsa la rueda delantera ; Mico esta chorreando y por mas que intento cubrir la cesta con algun plástico el muy gañan me desmonta el invento con las patitas ,parece que le gusta mojarse.
Sufrimos las inclemencias del monzón con paciencia y resignación haciendo varias paradas para resguardarnos y tomar algo , hasta la tarde no llegamos al embarcadero de Hat Xai Kon para cruzar a la isla . Casi sin tiempo y calados hasta los huesos necesito de tres intentos para conseguir un alojamiento que permita la entrada a Mico ,previo pago de unos cuantos kips de propina al recepcionista de la guesthouse.









Don Khong es una isla bastante grande , creo que debia ser la mayor de todas aunque estaba muy tranquila supongo que debido al monzón. Aqui el tiempo ya no es que se ralentizase como en el resto de Laos , directamente se detiene , se congela ; los lugareños residentes en estos bancales de tierra flotante en el Mekong se dedican al cultivo del arroz y a la pesca totalmente ajenos a la evolución tecnologica y apartados de ese virus que denominamos progreso. Algunos empiezan a vivir del emergente pero escaso turismo , la mayoria aun mantiene las tradiciones pero todos conservan la misma cosa común , una sonrisa espontanea y sincera que contagia al que la contempla.
En la isla no hay electricidad (cuando volví en enero de 2013 ya habia tendidos electricos) pero de 7 a 10 de la noche todos los restaurantes conectan sus generadores rompiendo estrepitosamente la armonía con sus zumbantes rugidos. En uno de los garitos conozco a Anetta, una chica de 30 años originaria de Finlandia y que viaja sola por el sudeste asitico .Se sienta a un par de mesas de la terraza donde me encuentro contemplando las luciernagas , juega con Mico, se ve que le gustan los perros y parece que mi perro piensa lo mismo. Me invita a sentarme y nos tomamos unas cervezas charlando de nuestras vivencias , proximos planes , etc , hasta que a las 10 en punto por ley se cortan al unisono todos los generadores y nos quedamos casi a oscuras , con la única luz de unas pocas velas. La acompaño hasta su hotel que pilla de camino al mio y quedamos para ir a ver las cascadas y explorar la isla al dia siguiente ; no se como me las voy a apañar para dejar a Mico en la habitación mientras nosotros nos vamos de excursión pero si no me apaño tendre que llevarmelo conmigo, que remedio.









Por la mañana Anetta llega puntual con un regalito para Mico que por cierto no ha habido manera de dejar en la habtación , tendre que educarlo porque no creo que me lo vaya a poder llevar mas adelante a visitar los templos de Angkor y demas. Anetta le abrocha un collar de material trenzado de color rojo con una especie de medalla en forma de estrella , un bonito detalle que no se de donde habrá sacado pero que tampoco pienso preguntarselo. Para ir a las cascadas tenemos que tomar una barca hasta una isla ,esperar a que suba mas gente y seguir rio abajo hasta ellas. Se tarda bastante y al señor no le hace mucha gracia que el perrito venga con nosotros pero igualmente he pagado su plaza como uno mas y no puede protestar. El sitio es de una belleza brutal , la fuerza del agua hace un ruido atronador , son varios y de diversa altura los saltos que se van sucediendo ,algunos hasta de 20 metros de altitud. Esta zona de cataratas es la principal razón de que el Mekong no sea navegable en la totalidad de su recorrido pese a los esfuerzos de los colonos franceses en el siglo pasado.
La isla en si esta llena de carriles y senderos por los que pasear y montar en bicicleta ,tiene algun saltito de agua oculto donde los turistas no se acercan ,ideal para darse un baño y tumbarse a charlar mientras Mico corretea detrás de algún roedor o se interesa con curiosidad por los grandes búfalos de agua que pastan en los alrededores del riachuelo. La verdad es que hay poco mas que hacer en Don Khong mas que relajarse y dejar que el tiempo pase lentamente deleitandonos con una maravillosa puesta de sol .









Los cuatro dias en Don Khon llegan a su fin , es temprano y Traya esta lista y totalmente equipada para volver a la carretera en nuestro último dia en este pais . Me habia despedido de Anetta el dia anterior contemplandola marchar lentamente en la pequeña embarcación pública y ahora me tocaba a mi , a nosotros tres , tomar ese mismo camino para alcanzar la orilla este y recorrer los ultimos 35-40 kilómetros de la entrañable Laos. Intento ralentizar lo posible la marcha como queriendo absorber las ultimas gotas de esencia de un pais con paisajes de una belleza sobrecogedora , lleno gente humilde amable y simpatica , con pocas desigualdades entre ellas pero con una cosa en comun, esa sonrisa eterna y contagiosa , con pocos recursos economicos pero a la vez con pocas ambiciones mas que ser felices con lo que la vida les depara . Laos me ha marcado mucho, tras mas de 1700 kilómetros rodando de norte a sur, casi dos meses atravesando su exuberante belleza y disfrutando de sus gentes, su gastronomia y su ritmo pausado creo que puedo decir que otro trocito de mi se queda aqui para el resto de mis dias.









Laos es un pais encerrado entre dos gigantes turisticos como Tailandia y Vietnam que lo hacen parecer olvidado y quizas sea ese uno de los principales motivos por los que aun conserva todos esos atributos, esa esencia humana que tanto sorprende al viajero nada mas llegar y tanto se echa de menos cuando nos marchamos. Laos te golpea suavemente , te atrapa y ya no te suelta , mi corazón sabe que quiere volver y mi mente está convencida de ello. Sabai dee Laos , volveremos a vernos , pero aun no.... aun no.